11,481 |05/12/2019
1
Todo lo que Dios hace es práctico y nada de lo que hace está vacío.
Dios viene entre los seres humanos, humillándose para ser una persona común y corriente.
No se va simplemente después de obrar un poco y hablar unas cuantas palabras;
más bien, de hecho, viene entre los humanos a experimentar el sufrimiento del mundo.
Paga el precio de Su propia experiencia de sufrimiento
a cambio de un destino para la humanidad.
¿Acaso no es esto una obra práctica?
Los padres pueden pagar un precio sincero por el bien de sus hijos,
y esto representa su sinceridad.
Al hacerlo, Dios encarnado está siendo,
por supuesto, sumamente sincero y fiel a la humanidad.
2
La esencia de Dios es fiel;
Él hace lo que dice y todo ello se cumple.
Todo lo que Él hace por los seres humanos el sincero.
No hace simplemente declaraciones;
cuando dice que pagará un precio, realmente lo paga.
Cuando dice que tomará el sufrimiento de la humanidad y sufrirá en su lugar,
viene en verdad a vivir entre ellos
y siente y experimenta este sufrimiento de manera personal.
Después de eso, todas las cosas en el universo
reconocerán que todo lo que Dios hace es correcto y justo;
que todo lo que Dios hace es realista:
se trata de evidencia poderosa.
3
La humanidad tendrá un hermoso destino en el futuro
y todos aquellos que permanezcan alabarán a Dios;
elogiarán que las obras de Dios ciertamente
se hicieron a partir de Su amor por la humanidad.
La esencia de belleza y bondad de Dios
puede verse en el significado de Su venida en la carne.
Todo lo que Él hace es sincero;
todo lo que Él dice es serio y leal,
es serio y leal.
Todas las cosas que Él pretende hacer las lleva a cabo de manera práctica
y paga un precio real por ellas; no hace simplemente declaraciones;
por tanto, Dios es un Dios justo; Dios es un Dios leal.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”