Yo di la bienvenida al retorno del Señor
Mis padres son ambos cristianos y desde temprana edad empecé a ir con ellos a la iglesia para asistir a los servicios. A la edad de 12 años asistí a un gran campamento cristiano en Myanmar y estando allí un pastor me dijo: “La única manera de evitar la muerte y entrar en el reino de los cielos es ser bautizado”. Y así, con el fin de entrar en el reino de los cielos, decidí bautizarme mientras estaba en el campamento. A partir de ese momento me convertí en una cristiana genuina.
Al llegar a la edad adulta, pasé a ser la presidenta de la asociación de jóvenes de mi iglesia durante muchos años y siempre que los predicadores no se encontraban allí yo dirigía a los hermanos y hermanas en la oración, los estudios bíblicos, los himnos y el compartir los testimonios. Después de casarme, me pusieron a cargo de la recepción de las ofrendas de los domingos y los diezmos. Al principio nuestra iglesia tenía la obra del Espíritu Santo: el pastor hablaba con fluidez y elocuencia, y los hermanos y hermanas disfrutaban de los sermones y se sentían edificados por ellos. Todos estábamos rebosantes de confianza, asistíamos a todos los servicios de la iglesia y difundíamos el evangelio dondequiera que podíamos con gran entusiasmo. Pero con el tiempo los sermones del pastor se volvieron repetitivos y mediocres y ya no podían proveer lo que necesitábamos. La confianza de los hermanos y hermanas comenzó por tanto a decaer y se interesaron más en el dinero y los placeres de la carne. La asistencia de la congregación empezó a decaer, hasta que llegó a un punto en que el pastor tenía que hacer llamadas cada sábado sólo para intentar conseguir que todos asistieran. Incluso cuando los hermanos y hermanas se presentaban, cantaban los himnos desganados y sin devoción, dormitaban durante los sermones y empezaban a hablar de negocios tan pronto como acababan los servicios. Estos se habían convertido en su totalidad en formalismo sin sustancia. Y esto me inquietaba mucho. Yo pensaba: “¿Cómo se vuelve nuestra iglesia un campo seco?”. Pero entonces recordé que, a lo largo de los 30 años anteriores, yo había oído a diferentes pastores decir lo mismo: “Creemos en el Señor Jesús, así que todos nuestros pecados han sido perdonados”. “Obtenemos la salvación por la gracia de Dios a causa de nuestra fe”. “El Señor Jesús ya ha completado Su obra de redención una vez, por lo que nosotros los creyentes en el Señor ya somos salvos y entraremos en el reino de los cielos”. A causa de esto, “yo ya soy salva, entraré en el reino de los cielos” pasó a ser el principio básico de mi fe en Dios. Por muy inhóspita que estuviera la iglesia, o por muy débiles y pasivos que estuvieran los creyentes, siempre me decía a mí misma: “Debo guardar el camino del Señor. Mientras no abandone al Señor, Él no me abandonará. Cuando el Señor vuelva, Él me llevará al reino de los cielos”. Aunque yo seguía advirtiéndome a mí misma de esta manera, seguía siendo incapaz de mantenerme en la senda del Señor: pecaba de día y confesaba los pecados por la noche, pero cuando oraba, no podía sentir al Señor a mi lado. Mi espíritu se sentía sombrío y vacío, y yo sentía que estaba cada vez más lejos del Señor, como si Él me hubiera abandonado. Esto me provocó un gran sufrimiento, pero yo era incapaz de encontrar la fuente del problema…
En febrero de 2016 conocí al hermano Zheng y a la hermana Li Hui online. Después de compartir entre nosotros experiencias relativas a la fe en el Señor, les hablé acerca de mi desconcierto por el hecho de que mi iglesia se hubiera convertido en un campo seco. El hermano Zheng me dijo: “No es sólo vuestra iglesia la que está inhóspita y asolada: toda la comunidad religiosa está inhóspita ahora mismo. Es como el templo asolado que se convirtió en una guarida de ladrones cuando el Señor Jesús estaba llevando a cabo Su obra. Si entendemos cómo ese templo pasó a estar asolado en primer lugar, sabremos entonces cómo es que la comunidad religiosa está tan inhóspita y asolada ahora. Cuando el Señor Jesús concluyó la Era de la Ley y comenzó la Era de la Gracia, el Espíritu Santo no llevaba a cabo obra en el templo, sino que en su lugar la realizaba en esas personas que aceptaban y seguían al Señor Jesús. Los que adoraban a Jehová se perdieron la obra del Espíritu Santo porque no podían mantener el ritmo de la obra de Dios. Sin la protección y el cuidado de Dios vivían en pecado, como muestra el que su templo se convirtiera en un lugar de venta de ganado, ovejas y palomas, y de cambio de dinero. Un templo que originalmente brillaba con la gloria de Jehová se convirtió en una guarida de ladrones, ofendiendo así el carácter de Dios y siendo abandonado por Él con repugnancia. Esta fue una de las razones por las que el templo cayó originalmente en la desolación”. Después examinamos dos pasajes del libro de Amós en la Biblia: “Y también yo os detuve la lluvia tres meses antes de la siega: é hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover: sobre una parte llovió; la parte sobre la cual no llovió, secóse.” (Amós 4:7). “He aquí vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre á la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir palabra de Jehová.” (Amós 8:11). El hermano Zheng también me envió dos pasajes de las palabras de Dios Todopoderoso: “Dios cumplirá este hecho: Él hará que todas las personas en todo el universo vengan delante de Él y adoren al Dios que está en la tierra, y Su obra en otros lugares cesará, y las personas serán obligadas a buscar el camino verdadero. Será como José: todos fueron a él por comida y se postraron ante él porque él tenía cosas para comer. Con el fin de evitar la hambruna, las personas serán obligadas a buscar el camino verdadero. Toda la comunidad religiosa está sufriendo una severa hambruna, y sólo el Dios de hoy es la fuente de agua viva, que posee la fuente que siempre fluye provista para el disfrute del hombre, y las personas vendrán y dependerán de Él” (‘El Reino Milenario ha llegado’ en “La Palabra manifestada en carne”). “De hecho, la obra de Dios en ellos cesó hace mucho tiempo y la obra del Espíritu Santo está completamente ausente en ellos. La obra de Dios hace mucho que se transfirió a otro grupo de personas, un grupo en quien Él pretende completar Su nueva obra. Ya que los que están en la religión no pueden aceptar la nueva obra de Dios, y sólo se aferran a la antigua obra del pasado, Dios ha abandonado a estas personas y hace Su nueva obra en las personas que aceptan esta nueva obra. Estas son personas que cooperan en Su nueva obra y sólo de esta manera se puede lograr Su gestión” (‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”). El hermano Zheng dijo entonces: “Las iglesias actuales están tan asoladas como lo estaba el templo y eso también se debe a que Dios está llevando a cabo una obra nueva. El Señor Jesús que hemos estado esperando con desesperación se ha encarnado ahora en forma humana y regresa entre nosotros. Él ha adoptado el nombre Dios Todopoderoso para expresar la verdad y llevar a cabo la obra de juzgar, purificar y salvar al hombre en los últimos días. Él ha venido para concluir la Era de la Gracia y comenzar la Era del Reino. El Espíritu Santo ya se ha marchado de las iglesias de la Era de la Gracia y está obrando ahora en quienes aceptan la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso. Todos los que están simplemente guardando el nombre del Señor Jesús pero no están al día con la nueva obra de Dios, ya no tendrán a Dios a su lado, no tendrán más la obra del Espíritu Santo y nunca se les proveerá el agua viva de la vida. Por tanto, por supuesto que estas iglesias estarán cada vez más asoladas…”.
Al escuchar al hermano Zheng, llegué a ser consciente de que la situación con las iglesias hoy en día es realmente la misma que con los templos cuando el Señor Jesús comenzó Su obra. Sentí que había una nueva luz y la guía del Señor en lo que el hermano Zheng estaba hablando. Pero me sentí un poco desconcertada por lo que él dijo acerca del retorno del Señor Jesús para hacer la nueva obra de juzgar y purificar al hombre: es posible que el Señor Jesús haya regresado, pero nosotros los creyentes ya éramos salvos, por lo que cuando Él vuelva debería llevarnos directamente al reino de los cielos, ¡no llevar a cabo otra etapa de la obra de juico y purificación! Pero entonces me di cuenta de que el retorno del Señor era un gran acontecimiento y, por tanto, yo tenía que buscar respuestas con ahínco en primer lugar.
Por tanto, hablé de mi desconcierto al hermano Zheng y él me dijo: “Muchos hermanos y hermanas del Señor comparten tu punto de vista. Ellos también piensan que como hemos aceptado al Señor Jesús como nuestro Salvador, nuestros pecados son perdonados, entonces, alcanzaremos la salvación por medio de Su gracia y cuando Él vuelva todos seremos llevados directamente al reino de los cielos. Así pues, se niegan a aceptar la salvación de Dios de los últimos días. La razón principal para esto es que no entendemos los buenos resultados que la obra del Señor Jesús ha traído y no conocemos la obra de Dios. Dios Todopoderoso dijo: ‘En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto se oponía a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado’ (‘La visión de la obra de Dios (2)’ en “La Palabra manifestada en carne”). ‘Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida’ (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”). A partir de las palabras de Dios podemos ver que la obra del Señor Jesús durante la Era de la Gracia fue la de redención para la humanidad. El Señor Jesús fue clavado en la cruz para ser nuestra ofrenda por el pecado, para redimirnos de la condenación por la ley. Al venir ante el Señor, admitir nuestros pecados y arrepentirnos, se nos pueden perdonar nuestros pecados. Esto es ser salvado. En otras palabras, ser salvado significa que los pecados son perdonados y no hay acusación de pecado bajo la ley, pero no significa que hayamos escapado del carácter corrupto de Satanás o de nuestra naturaleza satánica y que nunca más pecaremos. Nuestra naturaleza satánica como la arrogancia, el engaño, el egoísmo y la avaricia sigue existiendo. Debido al dominio de nuestra naturaleza satánica y del carácter de Satanás, seguimos mintiendo y engañando frecuentemente, actuamos de una manera arrogante y terca, y fingimos ser buenos para engañar a Dios. Siempre criticamos a Dios deliberadamente, especialmente cuando las cosas no encajan con nuestros conceptos, acusamos y resistimos a Dios. ¿Cómo podría una humanidad como nosotros que es tan profundamente corrupta y resistente a Dios obtener Su alabanza? ¿Seríamos aptos para entrar en el reino de los cielos? Si Dios nos llevara —a una humanidad corrupta que le resiste y pertenece a Satanás— a Su reino, no habría forma entonces de explicar la justicia y la santidad de Dios. Así pues, para que estemos cualificados para entrar en el reino, necesitamos que Dios lleve a cabo una etapa de la obra de juicio y purificación para transformar nuestro carácter corrupto y deshacernos totalmente de los grilletes de nuestra naturaleza pecaminosa. Una vez que nuestro carácter vital haya sido transformado, ya no nos revelaremos más contra Dios ni lo resistiremos y seremos capaces de obedecerle verdaderamente, ser completamente ganados por Él, ser salvados completamente por Él y entrar en el reino de los cielos para heredar lo que Él ha prometido. Estos son los resultados traídos por la obra de juicio de Dios de los últimos días y podemos ver que la obra de redención del Señor Jesús fue allanar el camino para el juicio y la purificación de las personas durante los últimos días. Por tanto, nuestra fe en el Señor nos trae el perdón de nuestros pecados pero no un escape completo del pecado o la entrada en el reino de los cielos. Necesitamos experimentar otra etapa de obra de juicio y purificación para salvarnos totalmente del pecado. La obra de juicio de Dios de los últimos días hace realidad de forma exacta estas palabras de la Biblia: ‘Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo.’ (1 Pedro 1:5)”.
Cuando oí las palabras de Dios Todopoderoso y lo que el hermano Zheng dijo, me di cuenta de que lo que el Señor Jesús había hecho era la obra de redención, no la de eliminar completamente los pecados. Cuando las personas cometen pecados, deben ser acusadas y castigadas bajo la ley, pero si venimos ante el Señor Jesús y admitimos nuestros pecados, estos se nos perdonarán entonces. Dios no nos ve como pecaminosos y nos absuelve del castigo, y eso es la salvación. Pero esta salvación sin duda no significa que hayamos sido purificados y totalmente salvados. Parece que las personas no entienden la verdad y, por tanto, malinterpretan lo que es la verdadera salvación. Pienso en eso ahora que seguimos viviendo vidas pecaminosas —cometiendo pecados y admitiéndolos cada día— y por tanto esa es la razón por la que necesitamos otra etapa de la obra de juicio y purificación de Dios. Cuando pienso en lo que dijo el pastor en el campamento —“Para un cristiano, la única manera de evitar la muerte y entrar en el reino de los cielos es ser bautizado”— me doy cuenta de que esta forma de pensar es realmente muy poco realista. Podríamos decir incluso que es infantil y ridícula. Más adelante, cuando pude tener largas charlas con el hermano Zheng y la hermana Li Hui y digerir su enseñanza, llegué a sentir que la verdad se encuentra en las palabras de Dios Todopoderoso para buscarla, que estas son muy prácticas y que pueden beneficiarme y ayudarme mucho. Pero el retorno del Señor es algo importante y con el fin de tratarlo de forma seria y cauta, decidí llevar a cabo una investigación exhaustiva de la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días.
Por tanto, en las semanas que siguieron empecé a investigar online en busca de información sobre la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso. Antes de ir online, oré al Señor: “Señor, si el Relámpago Oriental es realmente el Señor en el que tengo fe, te suplico que conmuevas mi corazón y me permitas reconocer Tu voz”. Sin ser realmente consciente de ello, di clic en un sitio web y para mi sorpresa encontré que todo era juicios, ataques y acusaciones contra Dios Todopoderoso y Su iglesia por parte de la comunidad religiosa y el PCCh. Me sorprendí mucho y tuve miedo de estar aventurándome en una senda peligrosa. Así pues, envié el enlace al hermano Zheng y la hermana Li Hui y les pregunté: “¿Cómo explicáis todo esto?”. Originalmente pensé que el hermano Zheng y los demás no tendrían respuesta a la información enviada por mí, y por eso me sorprendí cuando contestaron con calma y firmemente: “Dios Todopoderoso es el Dios verdadero, el retorno del Señor Jesús. Todos los chismes que la comunidad religiosa y el PCCh difunden online son rumores y sinsentidos diseñados para confundir a las personas. Es parte de su malvado plan para evitar que las personas sigan a Dios…”.
Lo que dijo el hermano Zheng me conmovió realmente y en mi corazón empecé a luchar para que todo ello tuviera sentido. Me desconecté y oré al Señor: “Señor, si Dios Todopoderoso es realmente Tu retorno te suplico entonces que me esclarezcas e ilumines para poder entender Tu camino y no perder la oportunidad de presenciar Tu retorno. Si todos estos chismes online son sólo rumores difundidos por la comunidad religiosa y el PCCh, hazme sorda a ellos, porque ser raptada por Satanás es una cosa terrible”. Después de orar me sentí un poco más tranquila y entonces recordé los tiempos en los que también me acusaron en falso, así como una ocasión en la que un comerciante que yo conocía que hacía buenos negocios vendiendo productos de jade, vio como se arruinaba su reputación por los rumores difundidos por un competidor envidioso. Empezó a brillar un poco de luz en mi corazón y me di cuenta de cuán oscuro y malvado es este mundo y de que la mayor parte de lo que hay online —bueno o malo— es simplemente personas hablando. Después pensé detenidamente en las acusaciones online contra Dios Todopoderoso y Su iglesia difundidas por la comunidad religiosa y el PCCh: no se aportaban pruebas y nada de ello parecía muy creíble. Además, yo había leído las palabras de Dios Todopoderoso y había estado en contacto con los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Lo que ellos decían no tenía relación con los rumores difundidos online y no habían intentado obligarme a unirme a su iglesia. En los pocos meses de contacto con ellos, además de explorar la Biblia, leer las palabras de Dios Todopoderoso y hablar conmigo de las palabras de Dios, no habíamos debatido ningún otro tema. A partir de la forma en la que hablaban, yo podía deducir que eran personas piadosas y honradas. Su enseñanza estaba llena de luz y yo sentía que era muy útil para mí, y su iglesia era realmente una iglesia que tenía la obra del Espíritu Santo. Al pensar sobre esto, me di cuenta de que una iglesia que tiene la obra del Espíritu Santo es una iglesia de Dios y, por tanto, por supuesto que Satanás la atacaría y acusaría y habría mucha propaganda negativa a su alrededor.
En una fecha posterior leí online sobre las muchas acciones malvadas del PCCh: cómo expulsaban de China a misioneros extranjeros, quemaban Biblias, derribaban iglesias y detenían y mataban cristianos… El odio y la ira hacia el PCCh crecieron en mi corazón. ¿Cómo podían ser tan malévolos como para perseguir a cristianos inocentes y desarmados? El PCCh siempre se ha opuesto a Dios promoviendo el ateísmo y ha capturado y perseguido a los cristianos con una ausencia total de humanidad y razón, por lo que no había manera de saber si lo que decía era verdadero o falso. Por tanto, inicié de nuevo el contacto con el hermano Zheng y los demás, y ellos hablaron sobre muchas verdades relativas a la obra de Dios de los últimos días y cómo discernir los astutos planes de Satanás… Después de escucharlos sentí que tenía un poco más de entendimiento de la obra de Dios de los últimos días y podía discernir que todo el sinsentido diseminado online por la comunidad religiosa y el PCCh era rumores sin base y opiniones ridículas que formaban parte de los astutos planes de Satanás para evitar que las personas aceptaran la obra de Dios Todopoderoso. Decidí no escuchar nunca más nada de lo que la comunidad religiosa y el PCCh decían. La preocupación y el miedo desaparecieron de mi corazón y, al mismo tiempo, reconocí que la obra de Dios Todopoderoso y la obra del Señor Jesús eran lo mismo y ambas habían encontrado resistencia y acusaciones de los regímenes políticos satánicos y los círculos religiosos. ¡Para mí, esto confirmó aún más que la obra de Dios Todopoderoso es el camino verdadero!
Un día en el que estaba usando Facebook, oí un himno que alababa a Dios, el cual encontré particularmente conmovedor. Ciertamente, sólo Dios merece la alabanza y es digno de ser ensalzado. Este himno tenía la guía del Espíritu Santo y cuando revisé para ver de dónde había venido, descubrí que era uno de los himnos de la Iglesia de Dios Todopoderoso. No pude evitar ser conmovida hasta llorar por esto y busqué con entusiasmo a los hermanos y hermanas para decirles que Dios había conmovido mi corazón y me había guiado… Ahora creo completamente que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado y estoy dispuesta a seguir a Dios Todopoderoso hasta el final del camino.
Ahora asisto a la Iglesia de Dios Todopoderoso y, no sólo disfruto de recibir el agua viva de vida que fluye del trono, sino que mi confianza y amor han sido restaurados. Lo que es aún más importante, ahora puedo distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, la oscuridad y la luz. Sé qué son las verdades y qué son los rumores. Las verdades vienen de Dios, mientras que los rumores vienen de Satanás. Cuando oímos rumores, no debemos aceptarlos ciegamente, sino que debemos distinguir cuidadosamente la verdad de las falsedades, orar de todo corazón y buscar y examinar humildemente el camino verdadero. Sólo entonces podemos escapar de los rumores y volver ante Dios.