43,161 |14/12/2019
I
Buenas intenciones,
el consejo de los últimos días
despiertan al hombre del sueño profundo.
Recuerdos dolorosos,
manchas permanentes torturan mi conciencia.
En confusión, estoy orando en temor.
Mano en corazón, arrepintiéndome.
Eres tan bondadoso, pero te engañé con falso amor.
Mi alma malvada no conocía arrepentimiento.
Viviendo en pecado, sin temor.
Sin importarme cómo te sentías.
Sólo queriendo Tu gracia.
En inquietud y autocompasión,
lo siento, pero no puedo parar.
El autoengaño es difícil de ocultar.
II
Sin saber que eres fiel, busqué fijamente mi salida.
Una vez terminada Tu obra, ¿quién te puede detener?
Todo lo que queda son suspiros y lamentos.
Viviendo en pecado y corrupción.
La culpa crece en mi corazón.
Palabras sinceras perduran en mí.
Odio lo vil que he sido.
Con manos vacías, enfrento Tus palabras.
Demasiado avergonzado para verte.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”