37,527 |06/04/2019
Se llama Chen Xi y, desde pequeña, la educación y la influencia de sus padres y su formación escolar hicieron que quisiera destacar entre la multitud y ser superior a los demás; por ello, fue diligente en sus estudios y no escatimó esfuerzos. Al convertirse en creyente en Dios, Chen Xi leyó muchas de las palabras de Dios y llegó a comprender algunas verdades. Vio que el único camino correcto en la vida era creer y seguir a Dios y convertirse en una buscadora entusiasta, y fue muy diligente en el cumplimiento de su deber. Chen Xi viajó al extranjero en 2016 para huir de la persecución del Gobierno comunista chino y tuvo que recurrir al inglés para cumplir su labor de difundir el evangelio y dar testimonio de la obra de Dios en los últimos días. Se sentía honrada y creía que poseía un talento excepcional. Justo cuando rebosaba confianza y pensaba en hacerse un sitio en la iglesia, descubrió que los hermanos y hermanas también compartían las palabras de Dios de forma esclarecedora y dominaban el inglés mejor que ella. Como no quería quedarse atrás, para superar a los demás y ser admirada y elogiada por el resto, redobló sus esfuerzos por aprender. Pero pasó un tiempo y siguió sin estar a la altura de los demás. Chen Xi no pudo aceptar esta realidad y acabó viviendo cada día sumida en el dolor y luchando por la fama y el beneficio personal. Ya no tenía fuerzas para buscar la verdad ni centrarse en la entrada en la vida y, sobre todo, era incapaz de cumplir bien su deber. Cayó presa del pesimismo y la decepción. Entonces, se presentó ante Dios en oración y leyó Sus palabras. El juicio y el castigo de Sus palabras despertaron a su alma y le permitieron ver claramente la esencia de la reputación y del estatus, así como las consecuencias de sentirse atada y afligida por estas cosas. Llegó a comprender la relevancia de cumplir con su deber, el verdadero valor de la vida y qué tipo de vida da la verdadera felicidad. A partir de ese momento, comenzó a perseguir los objetivos adecuados y dejó de someterse a las restricciones de la imagen y del estatus. También comenzó a centrarse en buscar la verdad y en cumplir con el deber de una criatura de corresponder al amor de Dios…
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